UPon Conversación #3 con el Centro Rural de Arte (Argentina)

Aprendiendo de la periferia. ¿Cómo puede la práctica periférica contribuir a restaurar y crear flujos interconectados entre el espacio público rural y urbano? (ES)

fecha de conversación: 16.12.2022

Aprendiendo de la periferia. ¿Cómo puede la práctica periférica contribuir a restaurar y crear flujos interconectados entre el espacio público rural y urbano?

UPon: UPon – Urban Practice from other nooks es una serie de conversaciones informales que reflexionan sobre prácticas urbanas  desde una perspectiva inclusiva, multilingüe, contextualizada y feminista, conectando la red con profesionales de todo el mundo. Durante las conversaciones exploramos cómo la noción de Práctica Urbana es un fenómeno internacional y qué podemos aprender unos de otros, comunicando métodos y estrategias de prácticas contextualizadas. Somos Valeria Schwarz (artista, comisaria, mediadora de arte y madre) y Lorène Blanche Goesele (arquitecta y artista), ambas practicantes multilingües y feministas y estamos encantadas de tener la oportunidad de realizar este proyecto inclusivo, gracias por unirte a la conversación sobre el Centro Rural de Arte.

Ahora mismo, estamos en el “Lobby” (vestíbulo), el espacio temporal de Urbane Praxis en Berlín, sentadas bajo una palmera falsa y disfrutando las vibraciones soleadas que proyecta. Durante la primera conversación de esta serie con el colectivo artístico OPAVIVARÁ! (Brasil), el público preguntó sobre las estrategias sensibles para llevar la práctica urbana a las zonas rurales con el fin de activar los espacios públicos y también la infraestructura pública fuera de las ciudades. Entender los espacios públicos en las categorías urbanas / periféricas / rurales como diferentes dinámicas comunitarias de convivencia también es parte de diferentes métodos y estrategias de cada práctica. ¿Qué pueden aprender les profesionales urbanes de las prácticas rurales o viceversa? ¿Cómo puede la práctica periférica re- imaginar las narrativas para el espacio rural y su entorno no humano? ¿Cómo pueden ser restaurados los flujos interrumpidos y cómo pueden las prácticas periféricas y rurales (re)crear la ínterconectividad y relacionalidad?

Nos complace dar la bienvenida a María José Trucco del CRA | Centro Rural de Arte de Argentina que presenta su trabajo en la periferia de la provincia de Buenos Aires. 

CRA: Muchísimas gracias por la invitación. Siempre es interesante mantener una conversación sobre proyectos lejanos y contextos diferentes. Así que aquí estamos. El Centro Rural de Arte comenzó en 2008 con cuatro personas que vivían en la Ciudad de Buenos Aires, Elina Rodríguez, Pablo Ramos, Luciano Bianchi y yo. Queríamos salir de la ciudad y probar cómo podían funcionar las acciones artísticas en un contexto diferente. Por eso creamos una plataforma de proyectos nómades como una plataforma operativa e interdisciplinaria donde interactúan personas con conocimientos diferentes. El diseño de esta plataforma es la base y el inicio de cada trabajo. El tipo de formatos que estamos trabajando son residencias, talleres, presentaciones, diferentes creaciones, campos y experimentamos con posibles articulaciones entre temas que no están previamente asociados. Con esta línea de trabajo  nómade hemos estado trabajando en viñedos, por ejemplo, en un horno de ladrillos, en una estación forestal, en parques nacionales, en viveros de plantas, en manglares, en ferias de gastronomía: diferentes espacios que nos permiten investigar algunos temas concretos. Empezando por el CRA, la primera acción de salir de la ciudad consistió en experimentar cómo se puede producir y hacer circular el arte en las zonas rurales, saliendo de las instituciones artísticas. Al encontrarte sin ningún tipo de anfitrión, tienes que crear primero los marcos de trabajo. Nosotros hemos trabajado en asociación con diferentes marcos institucionales que no pertenecen al mundo del arte: instituciones educativas o con asambleas medioambientales o con gobiernos locales, nacionales, regionales o internacionales, con la administración de parques nacionales o con instituciones nacionales de agricultura. Así que nos ponemos en contacto con otras organizaciones y co-creamos otros marcos de trabajo, otras plataformas.

La definición de salir de la ciudad fue cambiando durante ese tiempo. Cuando empezamos, decíamos “al aire libre”, como: – Estamos haciendo una improvisación al aire libre en las colinas-. Pero luego empezamos a pensar en otras maneras de nombrar nuestro trabajo o los lugares donde trabajamos. De “en la naturaleza” a “trabajar en el territorio” pasando por “trabajo en sitios específicos”, luego “en relación con el medioambiente” o “con comunidades de distinta naturaleza”, siempre reconociendo la emergencia global. Ahora definimos  nuestro trabajo como parte de una continuidad de redes de un sistema sobre el que tenemos que concienciar.

UPon: En la descripción de CRA, hacés una declaración sobre las zonas rurales. Concretamente, decís“Confiamos en las zonas rurales”. Implícitamente, hay una crítica sobre la falta de confianza. ¿En qué hay que confiar y de dónde creés que procede esta desconfianza?

CRA: Sí, es una declaración antigua porque ahora sentimos más porosidad entre lo urbano y lo rural. Las categorías de confianza y desconfianza son categorías móviles porque tienen que ver con la experiencia. Cuando vamos a las zonas rurales a trabajar nos encontramos también con otras formas de vivir. En los últimos 200 años, la mayoría de la población ha vivido en las ciudades. Esto modula una sensibilidad que tiene que ver con el diseño del espacio, con algunas coreografías dentro del espacio, con el uso del tiempo, la comodidad y también la incomodidad. Pero, hay una gran parte del mundo donde la gente vive otra vida cotidiana. Y muchas veces, estas zonas se llaman “las zonas sacrificadas” que permiten el modelo de consumo industrial. Ponemos temporariamente el cuerpo en otro lugar, y vemos qué pasa allí, cómo nos sentimos y qué acciones inaugurales se pueden hacer ahí. Por ejemplo en Pampa Húmeda donde estamos situados, estamos en una zona donde toda la organización está rodeada por un modelo agro-industrial tóxico. Eso modifica nuestra sensibilidad, nuestra forma de vivir, nuestra vida cotidiana. Pues, nos gusta quedarnos allí y ver lo que pasa. 

UPon: En los intercambios previos a nuestra conversación comentaste que sonuna asociación nómade. ¿Qué ventajas y desventajas ves en el enfoque nómade?

CRA: Pues, por un lado, el enfoque nómade nos da la frescura de un visitante extranjero, como una cierta distancia y posibilidad de ver las cosas de otra manera. Siempre creamos una plataforma con la gente local y en esta cooperación creamos nuevas perspectivas juntes. Como las acciones son eventuales, no es muy habitual que volvamos al mismo sitio. No hay acumulación de procesos sociales. Confiamos en que con la acción dejamos algo de inspiración para la gente de allí. Nuestras acciones son muy concentradas e intensas, a veces duran unos 15 días, un mes, una semana, dependiendo de los proyectos. Suceden muchas cosas en poco tiempo, muchas cosas nuevas y nuevas prácticas para estos espacios. Así que, aunque no haya un proceso social que se acumule en un pueblo concreto, sí hay una acumulación sin fronteras: para alimentar una conciencia sin fronteras. Muchas veces volvemos una y otra vez en diferentes ventanas temporales colaborando con personas, artistes y organizaciones con los que ya hemos trabajado antes. Por tanto, la acumulación no está en el territorio, sino en las relaciones. 


UPon: En referencia a los espacios nómades y la construcción de comunidades: Ustedes estudiaron en una gran ciudad y comenzaron vuestra carrera allí. ¿Cómo adaptan sus métodos y estrategias a los contextos rurales?

CRA: Hay muchas adaptaciones que incluimos en nuestra práctica. La primera se sitúa en nuestra práctica nómade, porque normalmente no hay teatros ni galerías ni espacios de residencia con todas las instalaciones en los espacios rurales. Tenemos que inventárnoslo todo cuando vamos a trabajar. Entonces lo que hacemos es activar temporalmente los espacios vacíos, subvirtiendo su uso original, adaptando el espacio para su nuevo uso e instalando mobiliario: crear las condiciones para que se transforme en un lugar de trabajo, de exposición o de vida o de una reunión. Por ejemplo, trabajamos en una estación de tren abandonada que era muy grande. La limpiamos y la transformamos en una residencia para artistes. Re-adaptamos muchos espacios para este uso, por ejemplo la casa de voluntarios de un parque nacional o una casa abandonada en una estación forestal. Creamos alianzas con instituciones como socios que nos permiten utilizar esta infraestructura.

También creamos estrategias para conocer a gente porque en las zonas rurales en Argentina están bastante aisladas. Hay mucha distancia entre los espacios en los que la gente habita. El espacio intermedio no está vacío, pero tampoco planificado para reunirse y a veces la gente está aislada en sus granjas. Entonces conocemos a gente yendo a los sitios donde la gente ya está reunida: vamos a colegios, lugares de trabajo, tiendas y eventos como ferias o festivales tradicionales. Nos unimos a estos encuentros locales y normalmente todos estos espacios y variaciones temporales modifican el modo de trabajo artístico porque el contexto cambia. 


Normalmente tenemos un momento de compartir el proceso y estos encuentros. A veces hacemos una hoguera y llevamos comida, son marcos conocidos por la gente local a los cuales les damos un nuevo significado.

UPon: Hablando de las residencias que ofrece el CRA: Cuando organizan residencias con artistas internacionales en zonas rurales, ¿cómo se relacionan los artistes residentes con el entorno rural? ¿Los formatos participativos forman parte de las prácticas artísticas de los residentes? ¿Se comprometen con la comunidad local?

CRA: Pues, por ejemplo el proyecto TRANS ACCIONES UTÓPICAS (2016), fue un programa de diferentes actividades: laboratorios, talleres, una residencia creativa para artistes y una feria  durante el cual se creó un campo experimental sobre economías colaborativas, en cuanto a formas alternativas de circulación y socialización a partir de la investigación y los recursos encontrados en sitio, en el territorio. Tuvo lugar en Cazón y lo realizamos en colaboración con la organización DESISLACIONES. Nos dimos cuenta de que había muchos recursos, edificios, acciones y tiempo en Cazón que no se aprovechaban. Así que creamos esta plataforma para pensar y actuar juntes, investigando economías colaborativas y probando formas alternativas de circulación. Queremos catalizar la organización y la sostenibilidad de los procesos comunitarios. ¿Cómo podemos utilizarlos, no sólo ahora, sino también en el futuro? Hicimos unos laboratorios abiertos sobre la autoconstrucción de infraestructuras efímeras, la producción de alimentos y la recolección de vegetales silvestres. Y para ello invitamos a la Escuela Primaria y Secundaria de Cazón, a un instituto de formación de profesores, a una asamblea medioambiental y un huerto agroecológico. Mucha gente trabaja con muchas formas de intercambio. También formaba parte del programa una residencia artística.

UPon: ¿Eran los artistes invitados o los residentes?

CRA: En los laboratorios sólo participó gente local y luego Alexandra Villanueva Tamayo de Colombia coordinó todas las construcciones e infraestructuras. Rosa Apablaza de Chile, que es parte de DESISLACIONES, activó la comunidad y la construcción del invernadero que íbamos a usar después. La residencia fue una convocatoria de investigación sobre la economía. Participaron personas de Argentina, Bolivia, México, Italia, Suecia y Australia. Durante la residencia, que duró 15 días para cada artista, todas las artistas, comprometidas y conectadas con la comunidad crearon esta plataforma. Cada proyecto fue un trabajo específico al que contribuyeron diferentes personas. Por ejemplo, una de las artistas, Anamaya Farthing-Kohl, hizo un trabajo sobre la relación entre el peso y el valor de las cosas para entender si la noción del peso tenía algo que ver con la percepción de valor. Ella utilizó el patio de recreo para realizar el proyecto, colgando cosas en un dispositivo que había encontrado en el pueblo, preguntando a la gente sobre el valor de  las mismas y por la relacionalidad entre esas cosas. Otra artista, Nilda Rosemberg, trabajó sobre ropa y cómo cuidarla. Hubo una donación de ropa vieja de la gente del pueblo y muchos talleres sobre cómo re-utilizarla y rehacerla. Después, los participantes podían ponérselas o llevárselas a casa. Con el colegio trabajamos en la narración de los cuentos. Y un proyecto que realizó Natalie Wuerth reflejaba la relación con el uso del tiempo por parte de la comunidad. A ella le interesan el trabajo doméstico y el cuidado. Se dio cuenta de que aquí, cuando se llega a una casa, se aplaude con las manos como señal para llamar la atención de la gente que está dentro de la casa. Esto le resultó muy curioso y mezcló este gesto de las palmas con el trabajo doméstico, trabajando con el personal de limpieza y cocina del colegio. Ella cuestionó el uso del tiempo en las actividades domésticas utilizando un reloj de forma circular como partitura, creando momentos de silencio y sonido, en función del uso del tiempo. Cada trabajador tenía una partitura que tocaba a la vez en una sinfonía de aplausos. Esta sinfonía se tocó durante la feria, por ejemplo. La feria también es un dispositivo que replicamos del pueblo porque Cazón es un pueblo especializado en viveros privados. Hay un enorme vivero municipal de 300 hectáreas y hay muchos otros viveros de plantas privados. Hay una feria grande que se llama EXPO VIVERO. Aquí la gente cultiva plantas y, por tanto, reconoce fácilmente la situación. Organizamos una feria basada en este evento local y cambiamos un elemento: no era posible utilizar el dinero para hacer el intercambio. La artista residente mostró el proceso de trabajo y las obras e invitamos a otras personas que quisieran compartir algo que tuviera que ver con los intercambios. Pusimos en el camino un cartel publicitario similar al que se utiliza para EXPO VIVERO diciendo “trans acciones utópicas”, era bastante grande. Hicimos la feria en un gran espacio público donde había eucaliptos y pasamos allí todo el día con talleres y la partitura de palmas de Natalie.

UPon: Una parte de su trabajo se relaciona con el Río Salado y cómo transformar los imaginarios sociales que se relacionan con él. ¿Cuál es el contexto del Río Salado? ¿Qué imaginarios ves como problemáticos y qué métodos y estrategias utilizas para cambiar esos imaginarios? ¿Cómo pueden generar estos nuevos imaginarios otros enfoques y restaurar o crear flujos?

CRA:  El Río Salado es un río de llanura. Tiene 640 kilómetros de largo y, como todos los ríos en territorios inundados, el movimiento del agua lleva al mar pero antes sigue muchos movimientos horizontales que a veces crean humedales. Los grandes humedales son a veces problemáticos para los usos económicos y debido a las inundaciones. Entonces este imaginario en torno al río es un problema: ver el río como un límite o una frontera. Además, el río es un lugar donde se arrojan todos los residuos industriales y urbanos. No está bien cuidado y no se entiende como un hábitat, no hay convivencia con el río. Sólo unas pocas personas conviven con el río. Así que nuestra primera forma de restauración es quedarnos allí. No es fácil llegar al río porque las costas se sitúan en propiedades privadas a las que no se pueden entrar- aunque en la Constitución Argentina los límites de los ríos son públicos-  pero no hay acceso a él. Por eso la única forma de acceder a la costa es cuando el río se cruza con la carretera bajando por el puente que hay junto a la ruta. Aquí es donde van muchos pescadores. Para nosotres, quedarnos junto al río es una forma de re-sensibilización. Ahora mismo el río está en un proceso de dragado debido a las inundaciones, para que el agua fluya directamente al mar. Esto altera su ecosistema porque los humedales desaparecen sin las inundaciones. Vemos esto como un terrible proceso de desertificación causado por la industria agrícola que cultiva monoculturas y usa muchos pesticidas. Esto está creando condiciones extremas porque el agua se va y muchos seres vivos mueren y desaparecen. Hemos estado allí y hemos creado un video sobre esto. Ahora, estamos en otra fase de la investigación sobre el Río Salado con un clip sonoro. Es una ficción sobre el río y sobre cómo reconectar con las fuerzas vitales, intentando ir más allá de este desastre temporal y confiando en que existe esta fuerza, antigua y sabia, que tiene mucho que compartir. La co-presencia es una de las formas de reconexión.

UPon:¿Y cómo compusistes eso? Porque si recuerdo lo que vi en la página web, había mucha gente en unos barcos, cantando. ¿De esto trata la canción?

CRA: Esta actuación es una acción diferente en un humedal que está muy cerca, La Laguna Indio Muerto, que está en la cuenca del Río Salado y es igual de problemática porque la laguna desemboca en el Río Saladillo, que converge en el Río Salado. El agua desemboca rápidamente en el mar debido a los canales clandestinos. Se dice que los humedales son el riñón del planeta porque se encargan de la filtración. Le compusimos una canción, creamos un ícono y lo pusimos ahí e hicimos una procesión colectiva. 

UPon: En referencia al paisaje visto como un organismo y su paralelismo con las partes del cuerpo humano: en vuestra página web leímos que hacéis coincidir los cuerpos con ciclos. ¿Te refierís también con esto a los cuerpos humanos? Y en caso afirmativo, ¿Creés que esto funciona mejor en las zonas rurales, donde la conexión con los elementos naturales está más presente que en los espacios urbanos?

CRA: Consideramos la relación con los tiempos cíclicos como algo muy concreto. Por supuesto, esta relacionalidad se da estés donde estés, porque si no, no hay supervivencia. No importa dónde estemos, siempre ocurre porque en todas partes hay fuerzas diferentes a las que unirse. En algunos lugares la cantidad y diversidad de estas fuerzas vivas e interactivas te invitan a una experiencia más compleja o amplificada. Es una experiencia concreta y material, así que intentamos que esta co-presencia sea lo más activa posible. Cuanto más activa sea, más claros serán la relación de continuidad con otras fuerzas y el conocimiento de la interdependencia. Entonces te vas a ocupar mejor de ella. En cierto modo, se trata de la supervivencia. Somos de la misma carne que la de un gusano y estamos intentando ser conscientes de que somos diferentes tipos de tierra en este mundo. Es sólo eso.

UPon: Me gustaría hacer un tipo de puente entre las prácticas urbanas y la asociación que nos acoge hoy. Ya has hablado un poco sobre los lugares diferentes que has activado. ¿Cómo fue la experiencia de activarlos en cuanto a la burocracia relacionada con ello, cómo pedir permisos o buscar a los propietarios? ¿Cómo fue la experiencia a nivel de contacto, con la comunidad o la gente que está en relación con esos espacios?

CRA: Pues la situación fue bastante fácil en cierto modo porque normalmente presentamos la propuesta de lo que queremos hacer y, por muy nuevo y extraño que sea, siempre hemos tenido suerte con ello. Y por lo general nos reciben muy bien. Aquí, algunas cosas son complicadas pero otras no porque la burocracia y el marco legal pueden ser negociables. También porque los proyectos son temporales. Normalmente colaboramos juntes con los anfitriones para que también se impliquen en las actividades y participen a veces en el proceso de diseño. Eso facilita las cosas. En los parques nacionales, por ejemplo, hay muchas cosas que diseñamos juntos, las actividades cotidianas. En la estación forestal, todas las mañanas compartíamos planificación del tiempo del trabajo. Hicimos el mismo trabajo que los trabajadores de allí. Así que pensamos juntos con ellos cómo hacerlo, estaban constantemente implicados. 

UPon: ¿Dónde ves el impacto a largo plazo de su trabajo? 

CRA: Nosotres creemos que es necesario que se reconozca que formamos parte de lo mismo. Así que el impacto está ahí, en contribuir a ese tema general. También vemos un impacto dentro del campo del arte, ya que con el trabajo del Centro Rural de Arte comienzan muchas otras experiencias en paisajes rurales. Sentimos que esto es parte de la apertura de un diálogo y la inauguración de nuevas acciones que empiezan a ser posibles. Empezamos a repensar todos los modos de trabajo y a elegir cómo hacer las cosas, con quién y dónde y cómo. 

UPon: Igual se podría decir que la expansión de la conciencia y la expansión del mundo de arte son la aportación del Centro Rural de Arte.

CRA: (riéndose) Sí, puede ser, gracias.

Charla híbrida con Centro Rural de Arte (María José Trucco), UPon (Valeria Schwarz, Lorène Blanche Goesele) y la audiencia de Urbane Praxis

Transcripción y edición: Lorène Blanche Goesele

Traducción al español: Daniel Izquierdo

Diseño gráfico: Stephanie Becker

Comunicación: Lorène Blanche Goesele, Tomma Suki Hinrichsen

Esta serie de charlas está financiada por el Departamente de Desarrollo Urbano, Edificación y Vivienda del Senado de Berlín y es parte de la expansión de la red Urbane Praxis e.V.